Muerte es el segundo y último álbum solo de Canserbero, con 14 temas que tratan sobre muerte, violencia, crimen y desamor. La composición es descrita como pesada y hostil, reflejando la vida en Latinoamérica. Promocionado principalmente por Internet, sin apoyo comercial, sus álbumes fueron grabados en el estudio casero El Techo, con producción de Kpu y colaboraciones de Afromak y Primobeatz, que complementan perfectamente su concepto oscuro. Los beats melancólicos y samples dramáticos refuerzan la atmósfera de desesperanza del álbum, cuya ingeniería de sonido es notablemente superior en el rap latinoamericano, pese a las condiciones bajo la que se grabó. Este disco conceptual y nihilista aborda temas como el luto, la venganza y el miedo a la muerte, contrastando con el tono más esperanzador de su álbum anterior, Vida.
«C’est la mort» abre el álbum, con reflexiones sobre la vida y su inevitable final. «Es épico» narra la búsqueda del asesino de su hermano y un enfrentamiento con el diablo en el infierno. «Ser vero» trata sobre la autenticidad en un mundo de falsedades, mientras que «En el valle de las sombras» refleja la lucha contra la adversidad. «Maquiavélico» aborda el adiós a un amor, «Mundo de piedra» expone una historia intrafamiliar con final fatal, «Sin mercy» muestra su determinación ante los desafíos y «Un día en el barrio» describe la vida cotidiana entre peligros. «Llovía», por su parte, presenta una narrativa melancólica y cruda,»Y en un espejo vi» es una introspección profunda sobre sus decisiones. «La hora del juicio» habla de la rendición de cuentas y «El primer trago» reflexiona sobre las consecuencias del alcohol. «De mi muerte» evalúa su vida y «Jeremías 17:5» explora la desconfianza y la traición, completando un álbum emocionalmente intenso y reflexivo.
Canserbero es un narrador impresionante, capaz de contar historias con un nivel de detalle y emoción que pocos pueden igualar. Su habilidad para intercalar terminaciones y crear estructuras rítmicas complejas lo distingue. Un ejemplo destacado es el tema «Es épico», que narra una batalla lírica en el infierno (que combina referencias de La Divina Comedia de Dante Alighieri y la leyenda venezolana de Florentino y el Diablo).
El impacto de Canserbero trasciende su música. Su obra ha dejado una marca profunda en la cultura latinoamericana del siglo XXI siendo una figura de iniciación para muchos en el rap. Su capacidad para conectarse emocionalmente con millones, abordar temas de relevancia social y personal, y su trágica muerte en plena efervescencia de su carrera han contribuido a su estatus mítico. Las letras de Canserbero se encuentran tatuadas en muchos fanáticos y son llevadas como estandartes por una generación que se identifica con su legado, cruzando las fronteras de su Venezuela natal.
El legado de Canserbero es profundamente significativo porque promovió la música sincera e independiente como una alternativa a las narrativas superficiales de los medios tradicionales. Además, abordó temas sociales y personales con una honestidad cruda que tocó fibras sensibles en su audiencia sin fronteras. Y esa audiencia lo ha hecho enormemente popular en YouTube (con más 2600 millones de vistas en todos sus vídeos oficiales al día de hoy). Cantaba sobre la vida cotidiana, la lucha y las realidades latinoamericanas, utilizando el rap como una herramienta para transmitir mensajes profundos y reflexivos. Esto lo convirtió en un narrador poderoso de experiencias que a menudo se ignoran en el mainstream.
Su álbum Muerte ejemplifica su habilidad lírica y narrativa, combinada con una producción que complementa la intensidad emocional de sus letras. Su legado es una prueba de su talento y la conexión genuina que logró establecer con todos los raperos de habla hispana a posteridad, al punto de encontrarlo como referencia para hablar de la música real desde el hip hop.