El Abayarde de Tego Calderón, lanzado el 1 de noviembre de 2002, se convirtió en un disco histórico y legendario. Tego había ganado el respeto dentro de la comunidad puertorriqueña desde que había entrado a la escena. Con el éxito del sencillo «Cosa buena», firmó con White Lion y preparó su disco debut, pero la filtración de varias canciones amenazó el proyecto. Eso obligó a replantear las cosas, y grabaron nuevas versiones. Finalmente, el álbum se lanzó con una portada icónica de color rojo que iba acorde al apodo del abayarde, la hormiga roja como se le conoce en Puerto Rico.
La producción del disco tuvo como gran protagonista a Maestro, un talento increíble tanto en la producción como en el rap. Maestro, junto a DJ Adam, DJ Nelson, Luny Tunes y otros, que diseñaron este disco que mezcla rap y reggaetón de una manera única. Tego inicialmente grababa sus versos en pistas de rap, que luego eran transformadas en reggaetón por los productores. Esto permitió que Tego se sintiera cómodo y lograra un estilo propio que resonó fuertemente en el público.
La canción que da nombre al disco, «El Abayarde», es un claro ejemplo de cómo Tego Calderón incorporó influencias diversas en su música. Producida por Maestro, esta canción incluye un sample desacelerado del tema «Minnie The Moocher» del músico de jazz Cab Calloway. Los primeros versos con los que abre Tego pertenecen a la canción «Mas que nada», escrita por Jorge Ben, que Tego conoció a través de una versión en español interpretada por el dúo cubano Patato y Totico: «Más que nada, sácate de frente que quiero pasar». La utilización de estos elementos musicales no sólo enriquecieron la textura de su música, sino que exponen la intuición de Tego para conectar los hilos de la cultura afro del continente.
Otra canción emblemática del disco es «Pa’ que retozen», la cual se convirtió en uno de los grandes éxitos de Tego Calderón. Esta canción fue producida por DJ Joe y Raphy Mercenario, quienes entendieron la necesidad de crear una pista que se ajustara perfectamente al estilo distintivo de Tego. Inicialmente grabó sus voces sobre una batería mínima, y luego los productores trabajaron para darle sentido al ritmo con sus voces. «Pa’ que retozen» es una de esas canciones que definen una era. Con un riff acústico pegadizo que sigue los arreglos de la bachata y sus letras ingeniosas, se convirtió rápidamente en un himno del reggaetón. La batería utilizada en esta canción es la misma que se usó en «El lechero» de DJ Joe, otra muestra del ingenio y la creatividad en la producción.
El Abayarde, con sus 19 tracks (incluyendo una intro, dos interludios y la canción final que es una salsa llamada «Planté bandera» con Tempo Alomar en las vocales) no solo fue un éxito en Puerto Rico, sino que también comenzó a resonar en Nueva York, atrayendo a un público diverso, incluyendo afroamericanos angloparlantes que, sin entender las letras, disfrutaban del flow de Tego. Este disco marcó un antes y un después en la música latinoamericana, abriendo las puertas a un género que en los años siguientes Tego y compañía se asegurarían que todos conocieran.