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«Wild Teen – Punk from Perú 1965» Los Saicos

Perú

Rock

1999

Electro Harmonix

Algunos compilados logran tal poder de síntesis y éxito, que son capaces de transformar un fenómeno local en universal. Otros consiguen sacar del olvido a un grupo cuyo periodo de actividad se remonta a cuatro décadas antes de la edición de la antología. Y están los compilados que consiguen construir un mito y reescribir la historia. Todo esto lo consiguió la recopilación Wild Teen – Punk from Perú 1965, que recogió todos los sencillos de la banda de rocanrol peruana Los Saicos a partir de un casete que llegó de Lima a Madrid.

Vamos al grano, pues la pregunta es ineludible ¿Son Los Saicos los inventores del punk? O, más inquietante aún ¿Es punk lo que hacían Los Saicos? Es difícil responder y dejar a todos los lectores contentos haciendo un análisis detallado en las pocas líneas que componen esta crónica. Más difícil aún es hacerlo en estos tiempos de inmediatez y haters de redes sociales.

Sin embargo, más allá de interpretaciones, musicalmente, independiente de si es punk o no lo que hizo el cuarteto de Perú, su performance musical es un enérgico ejercicio de garaje, rocanrol y surf grabado con actitud punzante e incendiaria, de lo más estridente que se pudo escuchar en esos años en Sudamérica, más cerca de lo hecho por sus contemporáneos Link Wray, The Sonics, ? and the Mysterians y The Poets, que de The Clash, Ramones o Sex Pistols.

Aun así, el álbum incluye clásicos como “Demolición” y “Ana”, y permitió al grupo gozar de una merecida fama mundial por su particular, adelantado y rabiosa contribución a los orígenes del rock latinoamericano.

La historia de este disco, sin embargo, exuda punk sin lugar a dudas: Un peruano llamado Paul Hurtado que ejercía de DJ en Madrid solía contar historias fascinantes de la música de su país a un vasco llamado Iñigo Pastor, la más impactante de todas, la de esta banda salvaje que no sonaba ni a Los Teen Tops, ni a Sandro o a esas cosas que escuchaba la gente en ese tiempo, como escribió Hurtado en la contraportada del disco. Con un casete en mano le hizo oírlo, y Pastor se sintió en la responsabilidad moral de editarlos en España. Debido a las dificultades y presupuesto que contaban apenas trabajaron sobre ese casete para realizar una masterización y editar el disco en 1999 con apenas 500 copias.

El sello nunca contactó a la banda. Según la leyenda, Los Saicos habían desaparecido de la misma forma que se formaron: sin ninguna razón. Ese disco hecho en forma de guerrilla y con ímpetu de difusor musical terminó tomando forma de culto a través del internet, intrigando a los coleccionistas de música que llenaban de interrogantes los foros de inicios del siglo XXI ¿Quiénes eran estos sudamericanos que sabían rockear?

El círculo se completa cuando los viejos integrantes toman contacto con los responsables de su edición. Posteriormente se desempolvaron los viejos masters para compilaciones venideras. Vendrían las reuniones eventuales de los miembros vivos, los documentales donde le preguntan a Iggy Pop si los oyó y los covers por artistas en los cinco continentes.

Que sus antiguos sencillos hoy sean material preciado de coleccionistas de alrededor de todo el globo, confirma el tamaño de la leyenda que, tal vez, sin este disco, todavía no saldría de las fronteras de América Latina. Una leyenda que sobrepasa cualquier discusión, cuando una banda en un rincón del planeta, sin importar su lengua materna, comienza a gritar: «Demoler, demoler, demoler».

Cristofer Rodríguez y José Luis Mercado