Mambo! (1954), de Yma Sumac, es uno de sus discos más populares, conocido por su alegría, brillantes interpretaciones de ritmos afrolatinos y virtuoso talento vocal. Destacan canciones como «Taki Rari», «Chicken Talk» y «Gopher Mambo», esta última utilizada como parte de bandas sonoras hasta la actualidad. Las contribuciones de los arreglistas Billy May y Moisés Vivanco son notables. May aporta un estilo de mambo orquestal americano, mientras que Vivanco incorpora elementos folclóricos andinos en temas como «Carnaval indio» y «Carnavalito boliviano». El álbum, su quinto LP, consolidó a Sumac como una gran cantante. Raro encontrar un sonido que atrape de inmediato y seducido por una energía tan singular, la voz poderosa de Yma Sumac se despliega plenamente aquí. Su rango vocal es fantástico, más adecuado para la ópera que para el mambo, pero realmente se adueña de este material. La orquesta que la acompaña es vivaz y ágil, y suena como si todos los involucrados se estuvieran divirtiendo enormemente.
La etiqueta «exótica» aplicada al álbum Mambo! de Yma Sumac resulta problemática porque sugiere una imposición externa y una simplificación de la identidad y la obra de Sumac, reduciéndola a un estereotipo culturalmente condescendiente. Aunque la fusión musical presente en el álbum fue en parte concebida por su arreglista y esposo Moisés Vivanco, integrando tradiciones musicales peruanas con elementos afrolatinos y orquestales, el marketing y la presentación de Sumac fueron influenciados significativamente por productores norteamericanos como Les Baxter. Esta presentación contribuyó a una imagen que fue empaquetada para satisfacer las expectativas del mercado estadounidense. Esta reducción cultural no solo minimiza la riqueza de las tradiciones musicales originales sino que también refuerza estereotipos coloniales, algo que se ha ido repitiendo a lo largo de la historia de la música.
Las letras en quechua son un punto de discusión irrelevante, ya que el poder de Sumac como cantante reside en su rango indomable y su impactante dominio del éxtasis. «Mambo!» fue un parteaguas en la carrera de Sumac y al ser un álbum único en su clase quedó claro que aunque el talento de su voz jamás pudo ser imitado, los productores del futuro emularían la búsqueda de mujeres “exóticas” que muten de género musical cuando la tendencia lo indique.