¿Puede un solo álbum encapsular la esencia de todo un género? Tal es la audaz empresa de Los Destellos con su debut homónimo, una piedra angular en el mundo de la cumbia peruana. El álbum de Los Destellos no es simplemente un disco; es una expedición musical a través de vibrantes paisajes, realzada por elementos de pop y rock psicodélico. Cada pista es un testimonio del espíritu innovador de la banda y de la visión de Enrique Delgado, que aún hoy en día sigue siendo celebrado y bailado.
Enrique Delgado, desde temprana edad había acompañado a grandes artistas del Perú, como la Pastorita Huaracina o Luis Abanto Morales, hasta que decidió liderar su propia banda con estilo tropical para animar reuniones sociales exclusivas con un amplio repertorio de música bailable.
Sin embargo, en 1967 Delgado decidió renovar la banda con la ambición de crear un nuevo estilo musical que cautivara a los fanáticos del baile. Tomando influencias tan diferentes, como el joropo, la guajira, pero sobre todo el pop psicodélico, incorporó la guitarra eléctrica para luego tomar tonalidades de la música andina y amazónica peruana. Esta mezcla atípica marcaría la base distintiva de la cumbia peruana. Notable por su enfoque instrumental, con algunas canciones coreadas y sin percusión, utilizando solo la batería.
Abriendo con un ritmo juguetón pero firme, «El renegón» establece el tono con un toque de espíritu de la guitarra. «Qué chola tan rica» encapsula la esencia de las festividades tropicales. En «Guajira psicodélica», se sumergen en un paisaje sonoro surrealista, donde el rock psicodélico se encuentra con el sabor tropical, creando una experiencia auditiva hipnótica. Con ritmos infecciosos, «La charapita» da vida al espíritu de la selva peruana. «El chucu chucu», un número de baile por excelencia, el tempo animado y los ganchos pegajosos de esta pista la convierten en una invitación irresistible a la pista de baile. «El avispón» suena atemporal. «Recordándote» es evocadora. «La ardillita» es una pieza dinámica, los ritmos acelerados y el trabajo de guitarra animado reflejan la naturaleza juguetona de su título. «Hermosa melodía» ofrece una melodía más serena dentro del disco. «Descarga eléctrica» es electrizante. Cierran «Cuando baila Narda» y «La malvada», con ritmos intrincados y líneas de guitarra audaces.
Con Enrique Delgado en la primera guitarra, Fernando Quiroz en la segunda, Tito Caycho en el bajo eléctrico y Carlos Ramírez en la batería, Los Destellos dieron vida a un álbum debut que materializó su propuesta artística. Su visión fusionaba ritmos con audacia, pero también honraba a la experiencia de la primera generación urbana migrante del campo y su diálogo con el continente, consolidándolos como pioneros de un movimiento sonoro que trascendió lo local. Este disco no solo marcó un hito por su innovación rítmica y su influencia en generaciones futuras, sino que también enriqueció el panorama musical de la región, aportando al género de la cumbia una identidad propia que hoy forma parte del patrimonio cultural latinoamericano.