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«Buscando América» Rubén Blades y Seis del Solar

Panamá

Salsa - Salsa dura

1984

Elektra

Rubén Blades cuenta la historia que cuando presentó por primera vez en concierto las canciones de su disco Buscando América, en el estadio de Obras Sanitarias, en el Buenos Aires de 1983, el público respondió festivo, casi como un anuncio de la primavera democrática que ya se sentía en el país. Luego pasaron a Montevideo, donde se presentaron en el Palacio Peñarol. Al terminar de interpretar “El padre Antonio y su monaguillo Andrés”, el público guardó un notorio silencio que sorprendió a Bladés y a sus músicos. Muchos años después, conversando con los músicos de Jaime Roos, que habían estado presentes en ese recital, encontró la respuesta: “Fue por respeto”.

Quizá esta anécdota nos sirva para entender el peso simbólico que un disco como Buscando América tiene en el devenir de la música latinoamericana. Por sus letras, por su música, por su búsqueda en lo profundo de las heridas de la historia y por su profecía de esperanza. ¿Cómo es que llega Bladés a narrar sobre curas asesinados por sus ideales, sobre desaparecidos en dictaduras, sobre voces amordazadas o viajeros que retornan, pero también por campanas que suenan por un futuro de libertad y unidad latinoamericana? 

Algunas claves devela el panameño en un intercambio recogido por el blog Rock en las Américas, donde explica que más que estar influído por los creadores de la nueva canción o de la trova cubana, su conciencia letrística proviene de Brasil, Argentina o España, con autores como Jongo Trio, Chico Buarque, Piero o Serrat. “Existió una similitud de intención en cuanto a que nuestros temas tenían trasfondos sociales que incluían el argumento político. Pero no era música ideológica lo que hacíamos, ni me interesaba utilizar la música para apuntalar sistemas de gobierno, o sus paradigmas y postulados programáticos”.

Buscando América arranca a todo calor con “Decisiones”, donde con tono desenfadado plantea situaciones donde un grupo de gente común debe enfrentarse a situaciones poco comunes. “Vengan y hagan sus apuestas, ciudadanía”, clama en el pregón. “GDBD” es un ejercicio de montaje sonoro y narración que nos mete en la intimidad de aquellos perpetradores de violencia política. Mientras que “Todos vuelven” es un cover del clásico vals peruano. Pero son dos temas en especial los que hicieron de este disco un monumento: “Desapariciones”, un reggae que ha sido versionado por artistas que van desde Fabulosos Cadillacs a Maná y que consigue uno de los retratos más conmovedores de las desapariciones políticas en Latinoamérica. La otra es la citada “El padre Antonio y su monaguillo Andrés”, que homenajea a monseñor Arnulfo Romero, sacerdote de la “opción por los pobres” quien fuera asesinado en San Salvador en marzo de 1980.

A 40 años de distancia, Buscando América no sólo destaca por ser la primera obra de Blades luego de disolver su sociedad con Willie Colón (acá el sonido de los metales es sustituído por el xilófono y los teclados) sino por su riqueza lírica, con una sensibilidad política que evade el mero panfleto o el “arte comprometido” y apuntala hacia la denuncia, sí, pero sobre todo a la esperanza: “Tengamos confianza, pa’ lante mi raza, a salvar el tiempo por lo que vendrá”.

José Juan Zapata