A mediados de los noventa, durante la segunda oleada del rock en español, Emilio Regueira, Javier Saavedra y Christian Torres comienzan a hacer ruido en Panamá como Los Rabanes. Llamaron la atención de Rubén Blades, tanto así que los fichó para su compañía Kiwi. Para 1997 lanzan su segundo álbum, al cual llamaron All Star, volumen II, producido por Flavio Cianciarullo, bajista de Los Fabulosos Cadillacs, y que contó con colaboraciones como la del mismísimo Blades.
Este trabajo, lleno de punk, rock, reggae, calypso y guiños al raggamuffin, internacionalizó a la agrupación centroamericana, que poco a poco fue juntándose con la crema y nata del rock, tanto latinoamericano como anglo, llegando a compartir escenario con bandas como Café Tacvba y Metallica. Temas como “Reggae punk Panamá” y “De colores” sonaron en todas las radios de la región y sus vídeos tuvieron alta rotación en MTV Latino. No hay duda que Los Rabanes aportaron fiesta y descontrol al rock latino de la época, sin más pretensión, que disfrutar de la vida.