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«Latin-esque» Esquivel

México

Art pop - Lounge - Space age pop

1962

RCA Victor

Juan García Esquivel comenzó su carrera desde muy joven. A los 14 años ya era pianista y a los 18 dirigía su propia orquesta, componía para un programa de radio de la Ciudad de México, y se graduó años más tarde de Ingeniero Electrónico, hecho que impactaría en su estilo e intereses musicales. En esa época realizó colaboraciones también para el cine y la televisión mexicana. Posteriormente se mudó a Estados Unidos por una invitación de la disquera RCA Victor para América Latina donde realizó diversas grabaciones y arreglos sonorámicos para ambientar películas y conocidos programas de televisión.

Latin-esque fue el primer disco en la historia de grabación en estéreo que consiguió una separación absoluta de los canales de audio. Para lograr esto, la orquesta se dividió en dos partes, localizadas en edificios separados casi media cuadra en el corredor de los estudios de Hollywood de RCA. Los músicos podían escuchar a la otra sección como si estuvieran en el mismo lugar por medio de audífonos. Antes de la grabación se llevaron a cabo cinco sesiones para experimentar con efectos electrónicos, muchos de ellos, presentes en los arreglos finales.

En el álbum, que debería de escucharse en modo estéreo para apreciar todos sus detalles, Esquivel nos presenta sonidos y temas latinos con arreglos espaciales y explosivos. Además, muestra sus dotes de pianista y utiliza diversos recursos, incluyendo el que podría haber sido su instrumento favorito: el raspador (“La Raspa”). Sería justo decir que es un disco en expansión que va ocupando todo el espacio mientras se escucha, ya que se mueve de izquierda a derecha, de arriba a abajo y de adelante hacia atrás con instrumentos que se cruzan (guitarra y acordeón en “Jesusita en Chihuahua”), empalman (piano y orquesta en (“Latin-Esque”), compiten en entrampados duelos (entre la trompeta y el raspador en “(Óyeme) Cachita”)  y cambian de dirección (“Mucha Muchacha”), con sonidos que empiezan en un canal y se repiten electrónicamente en el otro lado (“La Paloma”, “(Óyeme) Cachita”, “Adiós, Mariquita Linda”), jugando con ecos en el canal contrario (“Estrellita”) y a veces haciendo reverberaciones (“Carioca”) que parecen infinitas (“Jungle Drums”). En la mayoría de los temas, encontramos voces individuales o en coro, que se integran como un instrumento más de la orquesta. Algo similar ocurre con el silbido profundo y melodioso de Muzzy Marcellino en “Adiós, Mariquita Linda”,  “Cachito (Pedacito)”, “(Óyeme) Cachita” y “You belong to my heart (Solamente una vez)”. 

A Esquivel le gustaba elegir canciones conocidas para que el público apreciara mejor los originales arreglos que les hacía. En este caso con composiciones de Consuelo Velázquez, Manuel Ponce y Agustín Lara, entre otros. Además sus composiciones, incluidas las presentes en Latin-Esque, se destacan por las atmósferas cambiantes que dan la impresión de ser escenas en movimiento construidas cinematográficamente.

Su trabajo se caracterizó por una orquestación extravagante que lo llevaba a utilizar combinaciones instrumentales poco frecuentes que incluían xilófono, acordeón, guitarra eléctrica y española, corno francés, trompeta, flauta, piano y theremin. A la par de sus contribuciones en el campo de la estereofonía, es considerado uno de los primeros y mejores exponentes del género futurista space age pop, que toma elementos de compositores como Debussy, de las big bands, de la instrumentación del jazz y de la música electrónica.  

Este disco innovador con efectos, arreglos y sonidos que nuestros ojos pueden seguir, como reza la portada, constituyó un quiebre en la historia de las técnicas de grabación al desarrollar contrastes,  profundidades y relieves acústicos con un sonido panorámico, abriendo nuevas posibilidades en la forma en que escuchamos y percibimos la música hasta nuestros días.

Iraí GH