La ciudad de México es una y a la vez muchas ciudades. De las entrañas de sus delegaciones (ahora alcaldías) hemos visto salir muchos sonidos y también sonideros: esos soundsystems de cumbia que han hecho de los barrios de la capital sendas catedrales de la cumbia. Desde el célebre Peñón de los Baños hasta Iztapalapa. Y es justo aquí donde encontramos a mediados de los setenta, en el barrio de San Lucas, a una madre, Martha Avante, y a sus siete hijos. Los hermanos Mejía Avante encontraron en la cumbia un modo de salir adelante, tocando en fiestas, reuniones y cuanta oportunidad tuvieran, primero como el conjunto Playa Azul, y luego con el nombre que los haría famosos internacionalmente: Los Ángeles Azules
Martha les decía: “Aprendan porque aunque sea con la comida les pagarán en las fiestas”, según recuerda Jorge Mejía en una entrevista para Los Ángeles Times, donde también cuenta que los alentaba a sacar de oído las canciones que los sonideros tocaban en el barrio. Y vaya que la vida les pagó. Su debut discográfico tendría que esperar hasta 1982, con ¡Ritmo… Alegría… Sabor! Poco a poco se iban haciendo de un nombre y se iban incorporando más y más familiares al ensamble, hasta que los años noventa los encuentra convertidos ya en una de las agrupaciones más exitosas de la cumbia mexicana, y en un redituable negocio familiar. Pero faltaría ese empuje más, que llegaría con el hitazo “Cómo te voy a olvidar”, que forma parte del álbum Inolvidables, donde también destacan otros clásicos del grupo como “Mi niña mujer” o “Creí en ti”. Todos los temas, autoría del citado Jorge Mejía, acordeonista y tecladista de la agrupación. Además, fue el primer disco de Los Ángeles Azules que entró en el Top Latin Albums del Billboard en Estados Unidos.
Pocas canciones tienen una introducción tan célebre que anticipa la fiesta, con ese reverb que lleva el acordeón y los metales a una especie de ensoñación. Y pocas cumbias están grabadas tan a fuego en la memoria noventera mexicana. Y por encima de todo, la voz de Carlos Becies, potenciando el sonido romántico de Los Ángeles Azules. Tarea nada fácil: reemplazar a uno de los vocalistas más famosos del ensamble, Raymundo Espinoza, y aportar su propia impronta. Becies terminaría formando su propia banda, Los Ángeles de Charly, mientras que la agrupación de los hermanos Mejía Avante exploró, de la mano de Camilo Lara, los caminos del mainstream del rock y del pop. En pleno 2024 siguen entronados como una institución de la cumbia latinoamericana.