Natalia Lafourcade comenzó su carrera discográfica con 15 años, cuando formaba parte del trío pop Twist que editó un álbum en 1999, y tres años después ya hacía su debut en solitario con su álbum homónimo, con el cual cosechó su primer éxito continental, “En el 2000”, que hasta el día de hoy sigue estando entre sus canciones más escuchadas en las plataformas digitales. En este primer álbum, si bien enfocado en el pop, ya muestra sus virtudes e inquietudes musicales desde el primer tema, “Busca un problema”, en el que juega con su voz, o en la bossa nova pop “Elefantes”.
En sus siguientes álbumes, Casa (2005), junto a La Forquetina, y Hu Hu Hu (2009), Natalia seguiría expandiendo su búsqueda dentro del pop. Y este, su quinto álbum, fue el de su consagración, en el cual asienta su veta folk pop, mezclada con la búsqueda de las raíces latinoamericanas que comenzó en Mujer Divina. Homenaje a Agustín Lara (2012), y que continuaría luego en Musas (2017 y 2018) y en Un canto por México (2020 y 2021).
Si en dichos trabajos se luce en su mayoría con versiones ajenas, en Hasta la raíz, grabado en estudios de México, Argentina y Estados Unidos, lo hace consolidándose como cantautora desde el tema homónimo que abre el disco. Este ya puede ser considerado un clásico latinoamericano, en el cual ahonda en la nueva canción, con la guitarra adelante, llevando el ritmo del viaje al que nos invita desde el comienzo. Se habla de un amor que, haciendo eterna a esta canción, puede referirse a cualquier ser amado, a la pareja, a la madre o a un hijo.
Tal como nos acostumbró en sus futuros discos, aquí los arreglos y la voz de Natalia son todo. Casi todos los arreglos de cuerdas, vientos y metales son hechos por ella misma, cuidados en cada detalle, pero a la vez simples para el oyente, combinando el pop de sus primeros discos con distintos géneros, como el bossa nova melancólico y esperanzador de “Para qué sufrir”, el reggae en la desgarradora “Lo que construimos”, o la canción melódica en “Antes de huir”, la hermosa “Palomas blancas” y “Nunca es suficiente”, luego convertida en cumbia junto a Los Ángeles Azules.
Hasta la raíz, un disco de 12 temas de los cuales la mitad fueron singles, afianzó a Natalia Lafourcade como la estandarte de una gran generación de cantantes mexicanas de finales de los noventa y de la primera década del siglo XXI, y a la vez la puso a la altura de las más destacadas voces latinoamericanas del siglo XX. Posición que siguió afianzando durante los siguientes años con los álbumes ya mencionados, y con De todas las flores (2022), un álbum largamente aclamado por la crítica de todo el continente americano.