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«El silencio» Caifanes

México

Latino alternativo - Pop rock - Rock alternativo

1992

RCA

En 1992 Caifanes había superado con creces la prueba del segundo álbum, con aceptación del público y la crítica, y les otorgaba más libertad para poder encomendarse a su siguiente trabajo. En ese contexto nace El Silencio, que marca el fin de la alineación más icónica de Caifanes: Saúl Hernández, Sabo Romo, Diego Herrera, Alfonso André y Alejandro Marcovich. Este disco marcó un momento crucial para el rock mexicano, coincidiendo con la atención recibida por otros grupos como Maldita Vecindad con El Circo y el debut de Café Tacvba.

El concepto detrás de El Silencio es fusión. Hasta entonces, Caifanes había mostrado una dualidad: por un lado, celebraban influencias místicas latinoamericanas, y por otro, exploraban un lado más rockero y directo que parecía contradecirlo. Este álbum fusiona ambas facetas de manera cohesiva, y su ejecución no pudo ser superada en su discografía. Meticulosamente cuidado, elevó a Caifanes a la categoría de banda épica.

Caifanes destacó en una mayor integración de influencias mexicanas y prehispánicas sin abandonar el rock. Alejandro Marcovich en las guitarras y Diego Herrera en los teclados fueron clave, resultando en una combinación espectacular que muchos consideran como su cúspide creativa. La producción bajo la dirección de Adrian Belew, añadió un enfoque artístico y experimental hacia niveles de sofisticación. Es así como puedes encontrar la canción más poderosa de su carrera («Metamorfeame») y otra con matices de banda sinaloense en «Piedra».

Durante la grabación, Caifanes implementó una estrategia radical de no comunicarse entre ellos para preservar la cohesión creativa, un enfoque que influyó profundamente en el sonido del álbum, y fue la razón de su título. Destacando su estructura, «No dejes que» es el hit elogiado. «Hasta morir» es admirada por la interpretación vocal de Saúl Hernández y su mestizaje. «Debajo de tu piel» se describe como psicodélica y bien estructurada. «Estás dormida» y «Miércoles de Ceniza» desprenden brillantes arreglos de guitarra y teclado de Marcovich y Herrera respectivamente. Canciones como «Tortuga» muestran cómo la guitarra de Marcovich lleva la canción. «Nos vamos juntos» tiene una atmósfera melódica de artesano. También son rescatables «El comunicador» y «Para que no digas que no pienso en ti», culminando con «Vamos a hacer un silencio», para un cierre perfecto.

El Silencio es una fusión única de capas sonoras y atmósferas que desafían la categorización convencional. Definió el sonido del rock mexicano y se convirtió en uno de los discos insignia de la era dorada del rock en español, que sigue resonando como un ejemplo de música alter-latina, donde las guitarras dominan y definen cada canción, en marcado contraste con las tendencias contemporáneas.

José Luis Mercado