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«El circo» Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio

México

Latino alternativo - Ska

1991

Ariola

1991 fue un año revolucionario para el rock, al norte y al sur de la frontera idiomática del continente. De nuestro lado El circo fue uno de los mejores representantes. Tras años de malas experiencias en los llamados hoyos fonky, el rock mexicano empezaba a despegar con la reconversión de El Tri, el rock barrial de Botellita de Jeréz y el movimiento de Rock en tu Idioma encarnado en Caifanes. Hasta la incorporación en la escena de La Maldita Vecindad que, muy en concordancia con los movimientos musicales post shock neoliberal y en épocas de transiciones políticas que comenzaban a emerger en Argentina, Colombia y Chile, sumaron a su fórmula de rock elementos identitarios y del folclor nacional. Un gesto estético que la dupla compuesta por Aníbal Kerpel y Gustavo Santaolalla en producción supieron leer muy bien.

La primera canción, “Pachuco”, fue un lúdico hit que emplazó a las generaciones anteriores a permitir la posibilidad de vivir libremente a las juventudes, sin esconder la hipocresía que escondía la adultonorma en su forma de ver comprender la sociedad (“No sé cómo se atreven a vestirse de esta forma y salir así / en mis tiempos todas las mujeres eran serias, no había punk”). “Kumbala”, otro éxito, miraba con tono bohemio la canción profunda de los barrios mexicanos; “Un poco de sangre”, como el nombre lo dice, fue un shock de adrenalina en pleno recambio del rock latino (ver su presentación en la Inauguración de MTV Latino) y “Querida”, original de Juan Gabriel, fue uno de los primeros ejemplos de respeto que el rock rindió al Divo de Juárez.

Con la propuesta de El Circo, La Maldita Vecindad “dio vuelta toda la estructura del rock mexicano”, en palabras del periodista Enrique Lopetegui, ícono de la contracultura de inicio de los noventa. Pero el ska mestizo del sexteto influyó más allá de las fronteras mexicanas y conversó con otros ejercicios multiculturales y sudacas como Los Fabulosos Cadillacs y Mano Negra, y con nombres que pronto irrumpieron en el continente como Los Tres, Café Tacvba y Aterciopelados, tejiendo el centro más vital de la inolvidable escena del rock latino de los años noventa: la cultura alterlatina.

Cristofer Rodríguez