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«Lo mato» Willie Colón

Estados Unidos - Puerto Rico

Salsa - Salsa dura

1972

Fania Records

Desde sus inicios, Willie Colón se posicionó como un músico intrépido, abriéndose paso entre el panteón de los grandes de la música caribeña en la apabullante escena neoyorquina de los años sesenta. En una época dominada por orquestas legendarias como las de Tito Puente, Eddie Palmieri, Charlie Palmieri, Ray Barreto, Machito y Tito Rodríguez, Colón emergió como una estrella pionera de la música afroantillana, dejando un legado imprescindible de obras maestras de la salsa. Su impacto, además de conmocionar el panorama musical, ha marcado momentos significativos en la vida política y social de Estados Unidos.

Este famoso trombonista, considerado por muchos como el arquitecto de la salsa urbana, nació y creció en el Bronx de Nueva York, siendo hijo de padres puertorriqueños, enfrentando un entorno familiar y social extremadamente duro. Creció en una sociedad marcada por la marginación, la discriminación, las drogas y la delincuencia, y forjó una fuerte personalidad que le permitió adoptar una perspectiva, considerada por muchos como controversial, sobre las tragedias humanas a su alrededor y sus posturas políticas.

En su camino musical hizo parte de una dupla explosiva con Héctor Lavoe y hasta hoy son conocidos como los «chicos malos» de la salsa. Este dúo no solo marcó la música latina, sino que influenció el sonido y la narrativa del género. A través de diez producciones aclamadas, juntos conquistaron las listas de éxitos y se destacaron entre los grandes salseros de su generación. Lo mato (si no compra este LP) es una de esas producciones, un álbum que destila un «sonido criminal» y una mezcla entre fraseo, amargura y pasión. Lanzado en 1973 por el sello Fania Records, es considerado uno de los últimos clásicos de Colón y Lavoe antes de la era con Rubén Blades. Lo mato se distingue por su envolvente sonido, respaldado por una banda poderosa. El disco introduce elementos de samba brasileña en sencillos como «La María», donde el solo de piano del Profesor Joe Torres resalta con intensidad. Incluso en piezas instrumentales como «Junio 73», con los orgiásticos solos de Louis Romero en los timbales, se entrelaza magistralmente con el jazz latino.

De igual manera, el álbum aborda sin reservas los temas espinosos de la vida urbana, incluyendo las drogas, la adicción y el narcotráfico, cuestiones que resonaban profundamente en las vivencias personales de sus creadores. «El día de mi suerte», por ejemplo, se transforma en una crónica autobiográfica que refleja el dolor de Héctor ante la pérdida de sus padres. Con un ritmo contagioso que se ha bailado millones de veces, se destaca su agitada lucha. El sencillo se ha convertido en una referencia obligada en el repertorio del cancionero musical salsero. Cual oráculo cumplido, —que luego se rompería— el día de suerte del «Cantante de los Cantantes» finalmente si llegó. Además, el álbum incluye éxitos como «Calle Luna calle Sol», utilizado hasta el día de hoy por Colón como parte de un popurrí de viejos éxitos que interpreta al inicio de sus conciertos, y «Todo tiene su final», un tema sombrío y a la vez un recordatorio constante de la naturaleza efímera de la vida.

Sin embargo, después de seis años de éxito imparable, la relación entre Colón y Lavoe se fracturó debido a los excesos del segundo. Para Colón, convivir con una vida de desenfreno se volvió insostenible. «No se puede estar con Dios y con el diablo a la vez», declaró, enfatizando su compromiso con su arte. Tras el lanzamiento de Lo mato, Colón puso fin a sus años de giras con Lavoe, dedicándose en cambio a su carrera en solitario y a la producción musical.

Angie Rojas