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«Amor» Eydie Gormé & The Trio Los Panchos

Estados Unidos - México

Bolero

1964

Columbia

Se puede entender por qué alguien miraría con ojo crítico las colaboraciones entre artistas latinos y artistas estadounidenses. Su historial sugiere que se trata simplemente de una cínica decisión comercial de las disqueras para impulsar la popularidad de sus artistas en nuevos mercados. Muchas veces la autenticidad de la colaboración ha sido descaradamente escasa, con muy poco en común entre los artistas. Sin embargo, ha habido excepciones a esta regla a lo largo de la historia. Uno de las más grandes es el disco de 1964, Amor, de Eydie Gormé y el Trio Los Panchos. Es el álbum estándar de bolero, el que se ha pasado de generación en generación dejando a la gente asombrada con la dulce tesitura en la voz de Gormé y las espeluznantes armonías de Los Panchos.

La colaboración fue idea de Alfredo «El Güero» Gil, quien le mencionó al productor de Columbia, Jack Harris, que quería grabar con una mujer. Y le interesaba Eydie Gormé, que casualmente estaba en el mismo sello. Luego sugirió si podía verla actuar en el famoso club nocturno Copacabana, a lo que Harris accedió rápidamente. Después de esa actuación Gil regresaría a México, y con su esposa Lupita  reemplazando a Gormé en la voz, grabaría los demos y escogería las canciones que conformarían el álbum. Esos demos fueron enviados a Gormé, quien rápidamente se dio cuenta de que ya conocía la mayoría de las canciones. Gormé era una sefardí judía de ascendencia ​​española que hablaba algo de español. Pero había crecido en un hogar que cantaba muchas de las canciones que Gil había elegido cuidadosamente. Es como si el destino los hubiera unido.

El disco acabaría convirtiéndose en el trabajo por el que más se recordaría tanto a Gormé como a Los Panchos. Gil no experimentó con las canciones que escogió, se fue con los clásicos, las canciones atemporales que todos en Latinoamérica conocían. No fue sorprendente que Gormé estuviera a la altura del desafío de interpretar los clásicos. En el tema inicial, «Piel Canela», dejó muy claro que su voz estaba a otro nivel, pero su comprensión del lenguaje le permitió captar los matices que necesitaba la interpretación. Su naturaleza juguetona reemplazó una entrega sensual por la que muchos habrían optado. En «Nosotros», los riffs iniciales característicos de Gil en el requinto se entrelazan con la tesitura opaca de Chucho Navarro, lo que crea un ambiente sombrío en el que se presenta a Gormé. Cuya entrega nos brinda una de las interpretaciones más desgarradoras jamás grabadas. Chucho Navarro recordaría más tarde que Gormé derramó lágrimas cuando terminaron de grabar la canción. 

Otros puntos destacados del álbum fueron la participación de Johnny Albino en el comienzo de “Noche de ronda» de Agustín Lara y la interacción de la poderosa voz de Gormé con las fascinantes armonías de Los Panchos al final de «Historia de un amor». Sin embargo, la canción insignia del álbum es «Sabor a mi». Hay miles de versiones del clásico bolero de Álvaro Carrillo. No obstante, sería difícil encontrar una versión más famosa y apreciada que la de este álbum. Cuando uno escucha la canción y el disco en su conjunto, la frase “no hay palabras para describir esto” empieza a tener sentido. Uno simplemente se siente agradecido de estar presente para escucharlo.

Julián Jiménez