Luego de un exitoso debut con su homónimo de 1989, este segundo disco, producido por Humberto Gatica, vino a consolidar su voz como de las más reconocidas y populares de las balada romántica en Latinoamérica durante la década de los noventa. Un disco de diez canciones, de las que seis fueron hits, convirtiéndolo en casi un «grandes éxitos».