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«Tropicália ou panis et circencis» Varios Artistas

Brasil

Tropicália

1968

Philips

Retroceder al Brasil de 1968 significa situarse en una dictadura militar. En ese tiempo la sociedad estaba profundamente dividida. A pesar de la reciente inauguración de su tercera capital, Brasilia, el país atravesaba uno de los períodos más dolorosos de su historia. La censura, los presos políticos, las torturas y las desapariciones formaban parte del oscuro panorama que caracterizaba el régimen autoritario. En medio de este clima, un grupo de jóvenes artistas decidió desafiar cualquier barrera conceptual y política, multiplicando las posibilidades de la música brasileña. Así nació Tropicália ou Panis et Circencis, un álbum que no solo influenció la modernización de la música brasileña, sino también la manera en que el arte interactúa con la política.

Los dos cabecillas del grupo, Gilberto Gil y Caetano Veloso, se unieron con Os Mutantes, Gal Costa, Tom Zé y Nara Leão para crear un disco revolucionario. Con el apoyo del arreglista Rogério Duprat y el poeta y letrista Torquato Neto, dieron vida a un proyecto que mezclaba diversos estilos musicales y rompía las convenciones. La música tradicional brasileña se entrelazaba con influencias del rock psicodélico, progresivo, los sonidos experimentales y otros géneros internacionales, inspirados por figuras como The Beatles, Jim Morrison y The Doors, Jimi Hendrix y Janis Joplin. Esto se reflejaba claramente en canciones como la homónima del álbum, de Os Mutantes, «Parque industrial», «Hino do Senhor do Bom Fim» con interpretaciones de Gilberto Gil, Gal Costa, Caetano Veloso y Os Mutantes, y «Lindonéia», la única pero poderosa canción donde Nara Leão imprime su voz suave y auténtica.

En las calles, había una lucha ideológica entre varios grupos. Por un lado, estaban los puristas que defendían la samba, la bossa nova y la canción protesta, rechazando cualquier influencia extranjera y apoyando la visión nacionalista paradójicamente asociada a la izquierda. Por otro lado, estaban los grupos de derecha y adicionalmente estaban aquellos que cuestionaban la idea de pureza y abrazaban una nueva forma de entender la identidad brasileña, los tropicalistas. Tropicália ou Panis et Circencis inició un diálogo con diversas expresiones artísticas, dando paso a una música más diversa y plural. Aunque su cálido y sutil sonido, cercano y a la vez distante del jazz, sedujo los oídos del mundo, fue visto por algunos como apolítico e indiferente a las luchas sociales, incluso generó protestas contra el uso de guitarras eléctricas y la influencia del rock en la  escena musical del país.

En este contexto, los artistas de tropicália estaban en el ojo del huracán. Su música innovadora era una afirmación de independencia creativa. Esto les valió persecución y censura por parte del gobierno militar brasileño, que consideraba al movimiento una amenaza por su crítica social y cultural. Además, surgieron desacuerdos internos entre sus principales exponentes, como Caetano Veloso y Gilberto Gil, respecto a la dirección y el impacto del movimiento, lo cual contribuyó al declive y eventual disolución del tropicalismo. No obstante, su legado perdura a través de proyectos musicales icónicos como Tropicália ou Panis et Circensis, que continúan representando una actitud ante la vida.

El álbum es considerado el manifiesto del movimiento tropicalismo y se posiciona en el segundo lugar en la lista de los 100 mejores álbumes brasileños según Rolling Stone. Canciones como «Baby» y el tema homónimo fueron destacadas entre las mejores por la edición brasileña.

Angie Rojas