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«Estudando o samba» Tom Zé

Brasil

MPB - Samba

1976

Continental

¿Se puede estudiar jugando? Sí, si eres Tom Zé. 

Antônio José Santana Martins tuvo inclinación desde pequeño por la música escuchando la radio y a compositores como Luiz Gonzaga, a quien pertenecía la primera canción que aprendió a tocar en la gaita. Sin embargo, su vida cambió de rumbo para siempre a los 17 años cuando conoció la guitarra. Al comenzar su vida profesional se matriculó en la Escuela de Música de la Universidad Federal de Bahía; en esos años conoció y se presentó en un espectáculo junto a Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa y Maria Bethânia con un repertorio de canciones de bossa nova. En 1968 se mudó a São Paulo donde ganó un concurso a la mejor letra en colaboración con Rita Lee. Es en esta época en la que inicia con otros el movimiento Tropicalista.

De la generación y parte de Tropicália, Tom siempre tuvo un camino más bien propio, pero sin dejar de buscar en el pasado y en la MPB: ahí tenemos esa bellísima, y muy propia, versión de “A felicidade” de Vinicius de Moraes. Tom es MPB, es bossa nova y samba, pero también es experimentación. Tom canta con la sabiduría de un viejo que se divierte como un niño, y en cada canción te sorprende musical y líricamente: juega con la música como en la original samba “Vai (Menina amanhã de manhã)” o en el experimento instrumental repetitivo de “Toc”, en la que los instrumentos aparecen y desaparecen, mientras la viola suena incesantemente, obligando al oyente estar atento a cada detalle, e incluye grabaciones y voces que asombran hasta pararte de tu asiento. También juega con las letras y palabras como en la genial “Tô”, uno de los puntos más altos del disco, o en la reflexiva “Ui! (Você inventa)”. En ella repite melodías a medida que se divierte aclarándole a ese otro que representa el supuesto poder quién(es) realmente sostienen todo (“Você inventa a lei, E eu invento a obediencia; Você inventa a deus, E eu invento a fé”). 

Dentro del universo Zé hay juego, pero también hay dramatismo y emoción para contener el aliento ante la oscuridad de su canto y de la historia que te cuenta, como en las bossa novas “Mãe (Mãe solteira)”, en la cual Tom canta casi con la voz quebrándose, y “Só (Solidão)”, otra canción en la que demuestra que nos puede tocar con su sensibilidad (“solidão, que poeira leve”).  Finalmente, Tom cierra con “Indice”, un juego dramático que funciona como síntesis del disco, que a través de una melodía repetitiva nos despide con una letra compuesta con los nombres de todas las canciones del disco. 

Estudando o samba es un disco que rompió moldes, que es diferente en cada escucha y es un fiel reflejo de lo que sería la carrera de Tom hasta el día de hoy. A pesar de no ser un disco de Tropicália representa su espíritu más esencial.

Jorge Cárcamo