208

«A Tábua de Esmeralda» Jorge Ben

Brasil

MPB - Rock - Samba

1974

Philips

Luego de su gran debut Samba Esquema Novo (1963), Jorge Ben tuvo una caída en su carrera, sin sacar discos malos, pero alejados de la genialidad de su primer álbum y de los éxitos radiales. Hasta que edita su disco homónimo de 1969, con los arreglos de los tropicalistas Rogério Drupat y José Briamonte, y de la producción de Manoel Barenbein, donde mezcla samba con rock, es que vuelve al éxito y deja algunos grandes clásicos de la MPB como “País tropical”, “Que pena” y “Take it easy my brother Charles”. Pero es con el siguiente álbum, Fôrça bruta (1970), con el que Jorge Ben comienza a encontrar su sonido. Este álbum y luego Negro é lindo (1971) y Ben (1972) pavimentarían su camino a la excelencia de mezcla perfecta entre samba, rock y soul encontrada en A Tábua de Esmeralda.

El disco abre con Jorge Ben hablando unos segundos hasta que comienza a tocar su guitarra, una guitarra maravillosa, como solo él la podía tocar y que va a ser la guía maestra de todo el disco. Esa primera canción, “Os alquimistas estão chegando os alquimistas”, es un anuncio. Los alquimistas están llegando, pero el alquimista es él, Jorge Ben, transformando cada canción de este disco en oro con su guitarra y su voz. Esa misma guitarra del comienzo de “O homem da gravata florida”, “Menina mulher da pele preta” y “O namorado da viúva”, que se podría escuchar eternamente. Adicional a eso, los músicos, coros y arreglos de cuerdas, siguen y complementan a Jorge a la perfección.

Jorge canta sobre lo que anuncia el título del disco, como en la primera canción y en “Hermes Trismegisto e sua celeste Tábua de Esmeralda”, pero también deja espacio para cantarle a las cosas que simplemente le gustan, como en “Eu vou torcer” en el que canta “Eu vou torcer… Pelo Gato Barbieri / Pelo mengão”; y para recordar en “Zumbi” la terrible historia de esclavitud de la población negra que llevaron desde África a Brasil. A Tábua de Esmeralda es en definitiva un disco eterno, de una ejecución exquisita, en el que Jorge Ben nos entrega sonidos y melodías que nunca se van de nosotros.

Jorge Cárcamo