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«Canto a la mujer de mi pueblo» Los Kjarkas

Bolivia

Conjunto andino - Huayno - Música tradicional boliviana

1981

Lauro Records

Lanzado en 1981 por Los Kjarkas, agrupación emblemática originaria de Cochabamba, Canto a la mujer de mi pueblo se erige como un testimonio artístico donde convergen autenticidad y un profundo arraigo a las tradiciones andinas. La producción, cargada de emotividad, retrata con maestría las vicisitudes, sueños y resiliencia de las comunidades indígenas, consolidando a la banda como pilares indiscutibles del folclore sudamericano. Su sonido, tejido con letras que oscilan entre la nostalgia y la esperanza, trascendió fronteras, proyectando una identidad cultural que dialogaba con toda la región.

El contexto de creación del disco se remonta a una década clave para el conjunto. A inicios de los ochenta, ya consolidados no solo como intérpretes, sino como mentores de nuevas generaciones —impulsando proyectos como Proyección y Fortaleza—, Los Kjarkas navegaron cambios en su formación. La salida temporal de Elmer Hermosa a Europa permitió el ingreso de Yuri Ortuño, mientras Julio Lavayén alternaba su participación y Gonzalo Hermosa se afianzaba como columna vertebral en la guitarra. Este dinamismo interno, lejos de fragmentarlos, culminó con la grabación de un material que sintetizaba su evolución artística y compromiso social.

Musicalmente, la obra se caracteriza por un equilibrio entre la fuerza rítmica de las zampoñas y la calidez de las voces, creando un paisaje sonoro que evoca tanto la solemnidad de los cerros como la vitalidad de las fiestas populares. Las letras, impregnadas de sencillez y honestidad, abrazan dualidades: el amor y el desarraigo, la lucha y la celebración. Más que un álbum, se trata de un legado sonoro que redefinió el folclore vernacular, inspirando a artistas posteriores y confirmando su lugar en la memoria colectiva latinoamericana como un puente entre lo ancestral y lo universal.

Incluyendo canciones clave como «Wa ya yay», «Por un mundo nuevo» y el tema homónimo, el disco cautiva con melodías de zampoña, guitarras enérgicas y voces encantadoras sin dejar de lado los instrumentales. La canción titular, «Canto a la mujer de mi pueblo», es esencial y refleja el amor por la música, el pueblo y la herencia cultural del grupo. Con piezas emotivas como «Siempre he de adorarte» o «Por un mundo nuevo», mientras que «Tata sabaya» y «Phuru runas» destacan por sus paisajes sonoros. «Surimana» muestra el estilo vibrante de la banda, y «Llorando se due», en clave saya-caporal es conocida por su emotividad y melodía pegajosa. «Mamita Surumi» celebra el amor maternal, y el álbum concluye con «Capinoteña».

Ramiro Hermosa propuso incluir «Llorando se fue» en el álbum, pero enfrentó resistencia de los miembros del grupo, lo que eventualmente llevó a su salida del grupo por diferencias creativas y conflictos sobre la autoría de canciones. Históricamente se le acredita a Ulises y Gonzalo Hermosa. Esta canción tuvo gran trascendencia, fue adaptada a diversos géneros y conocida mundialmente por una versión de Kaoma que lleva por título “Lambada”, por la cual el grupo enfrentó un problema legal en 1989, ya que no reconocían la autoría de los Hermosa. Los Kjarkas ganaron el juicio.

José Luis Mercado