Primer disco en solitario de Charly García luego de sus exitosas bandas anteriores, Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán. Editado un año después de Peperina, el último disco de estudio de Serú Girán, y el mismo año del concierto que dio origen al disco en vivo de la banda (No llores por mí, Argentina), Yendo de la cama al living fue una vuelta de página musical en la carrera de Charly, aunque no en lo melancólico, irónico y político que caracterizaban a sus letras. Y mostraba en parte el camino por el que iba a ir durante la década de los ochenta. En el disco él mismo toca casi todos los instrumentos (guitarra eléctrica, mini moog, bajo, sintetizador y más), junto a Willy Iturri, quien toca la batería en todos los temas menos en el homónimo, Luis Alberto Spinetta que toca la guitarra en “Canción de 2 x 3” y “Peluca telefónica”, donde también Pedro Aznar toca el bajo.
El álbum contiene algunas de las composiciones más bellas y emocionantes de Charly, y deja frases que hasta hoy resuenan en el inconsciente colectivo, ya no solo de Argentina, sino de toda Latinoamérica. Destacan canciones como la homónima, que abre el disco o “No bombardeen Buenos Aires”, a solo meses de finalizada la Guerra de las Malvinas; “Yo no quiero volverme tan loco”, junto a León Gieco, con su frase “La alegría no es solo brasilera (no, mi amor)”; y finalmente ese himno que cierra el disco, “Inconsciente colectivo”. La letra parte con “nace una flor, todos los días sale el sol / de vez en cuando escuchas aquella voz”, para luego decirnos: “Ayer soñé con los hambrientos, los locos, / los que se fueron, los que están en prisión”. Mercedes Sosa lo acompañó en este tema durante la presentación del disco, lo que convirtió a esta canción en un hito cultural y de resistencia un año antes de que terminara la dictadura cívico-militar que había comenzado en 1976.