Formados en 1991, el grupo había editado solo un álbum anterior, A Typical & Autoctonal Venezuelan Dance Band (1995), con poco impacto en su país y en el exterior, pero sí con un efecto inesperado en lo que vendría para la banda, no solo en su siguiente disco, sino en toda su carrera, ya que les permitió grabar y editar The New Sound of the Venezuelan Gozadera, que marcó el despegue de Los Amigos Invisibles fuera de sus fronteras.
La historia resumida es así: de ese primer álbum habían unas cuantas copias en una disquería de Nueva York, dejadas por el mismo grupo durante una gira. Una de esas copias fue comprada por David Byrne, quien escuchó el disco y en sus palabras “no dejó de ponerlo en su oficina, pidiéndoles a todos que lo escucharan”. Así Byrne hizo que su sello, Luaka Bop, se contactara con ellos y les ofreciera grabar.
Grabado y mezclado entre Caracas y Nueva York y producido por Andrés Levín, que además toca el saxo en “No me pagan” y el tres en el tema homónimo (había producido Feelings de Byrne un año antes), este disco significó el refinamiento del funk y el acid jazz de Los Amigos Invisibles, mezclado con disco y ritmos latinos, creando una fusión irresistible para el panorama latinoamericano.
El álbum abre, luego de una introducción (“Güelcome”), con “Ultra-funk”, donde su irresistible guitarra funk anuncia los 74 minutos de fiesta que nos van a entregar. Fiesta que continúa con “Mi linda” y “Sexy”, su primer sencillo que rotó por MTV Latino incansablemente durante ese 1998, dándole una exposición continental que no habían tenido antes y que a posteriori los hizo girar por distintos países de Latinoamérica. Ya en el cuarto tema Los Amigos Invisibles demuestran que sí, lo suyo es el funk, pero no tenían miedo a experimentar con distintos ritmos latinos, como la bossa nova en “Las Lycras de Ávila”; y en temas como “Otra vez” y “Balada de Chusy”. También bajan el acelerador para adentrarse en el soul y jazz. Finalmente, los otros sencillos, “Ponerte en cuatro” y “El disco anal”, no hicieron más que reafirmar la popularidad del álbum.
Con este álbum y el posterior, Arepa 3000: A Venezuelan Journey Into Space (2000), Los Amigos Invisibles se convirtieron en uno de los artistas de referencia al hablar de funk latinoamericano.