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«Una muchacha y una guitarra» Sandro

Argentina

Canción melódica

1968

CBS

Hacia finales de los sesenta, la música rock comenzaba a interesarse más en la psicodelia, los aspectos intelectuales e introspectivos, y el virtuosismo musical. Bandas como Los Gatos, Manal, Almendra y Arco Iris surgían como principales exponentes de un prometedor rock argentino. En esos años, Roberto Vicente Sánchez Ocampo, Sandro, ya era conocido en clubes y estaciones de radio, y había ganado el Festival de la Canción de Buenos Aires. Un joven talentoso y seductor proveniente de la ciudad de Lanús que optaba por la veta melódica y el bolero-beat por encima del creciente mundillo de la psicodelia, enloqueciendo al público femenino con sus movimientos de cadera, grandes pestañas, quijada cuadrada y una garganta de león que empuñaba una voz entonada y masculina.

Una muchacha y una guitarra, editado por CBS, evoca, desde su nostálgica portada, una estética romántica y bohemia, viril pero sensible y sentimental, la epítome del hombre mayúsculo que podría robarte a tu novia con una sola mirada.

La colaboración con su letrista y amigo inseparable, Oscar Anderle, captura en sus letras lo que Sandro quería expresar en sus canciones, como en «Como lo hice yo,» «Esta noche habrá una fiesta,» «No te puedo entregar mi corazón» y la canción que da título al álbum, donde se puede palpar todo su carisma y energía juvenil. También hay versiones en español de canciones pop europeas, una moda de entonces, en este caso «Lo que fue» y «Alma cariñosa» del francés Michel Polnareff.

Y como pieza central del disco está «Porque yo te amo,» también coescrita con Anderle. Gigantesca canción que trasciende barreras de género e idioma. ¿Pero qué es lo que hace grande a esta canción? Podría ser la imponente apertura de la orquesta de Jorge López Ruiz, o la voz de Sandro rompiéndose en «Por ese palpitar / que tiene tu mirar,» o el clamor divino del coro evocando como nadie una de las emociones más poderosas y primigenias del ser humano, o quizás su firme y estoica reafirmación final a este mismo sentimiento: «Yo te amo.» Todo eso hace de este tema una de esas grabaciones que deberían ser guardadas en una caja de metal y enviadas al espacio como testimonio de la humanidad.

Una muchacha y una guitarra coloca a Sandro como una fuerza vital de la canción melódica en Latinoamérica, no por nada es conocido como “Sandro de America”, y como el crooner más grande que ha dado Argentina, quizás solo detrás de Carlos Gardel.

Ernesto Martín del Campo