Para bien o para mal, el cine mexicano ayudó a instaurar la figura del charro como la identidad predominante que México presentaba al mundo. Aquel charro que era un macho noble, valiente y justo. Un mujeriego carismático que era el alma de una fiesta y que conquistaba a las mujeres con su voz sensual. Y el primer nombre que ayudó a solidificar este arquetipo ante el mundo fue Jorge Negrete.
Irónicamente, Negrete no quería tener nada que ver con las rancheras al comienzo de su carrera. Su objetivo era convertirse en un gran cantante de ópera y viajaba constantemente entre entre la Ciudad de México y la ciudad de Nueva York tratando de impulsar su carrera operística. Pero fue cuando lo invitaron a protagonizar películas que surgió el impulso de cantar rancheras. El género de la comedia ranchera era el más popular de la época y en 1941 Negrete protagonizó ¡Ay Jalisco… no te rajes! La película lo catapultó al estrellato donde rápidamente se convirtió en la estrella más grande de la región. En términos musicales, lo introdujo al trabajo de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar cuya mancuerna fue la banda sonora de muchos éxitos populares de la época.
Durante la siguiente década, Negrete se establecería como un nombre familiar en el continente y un rompecorazones que tendría miles de fanáticas esperándolo dondequiera que fuera. Lamentablemente su vida se vería truncada en 1953 a causa de una enfermedad de hepatitis crónica.
Esta recopilación que se lanzó en 1959 nos da una mirada a las canciones que lo hicieron famoso. Canciones como «México lindo», «Yo soy mexicano» y «Fiesta mexicana» demuestran el ferviente nacionalismo que se encontró durante esta época del cine mexicano. Esta exuberancia desmesurada de amor a la patria se convirtió en una característica típica del género mismo. Y en gran parte Negrete y otros cantantes como Pedro Infante y Antonio Aguilar fueron responsables de este suceso. En el bolero «Flor de Azalea» es acompañado por el Trío Calaveras. Negrete recorre el bolero con una soltura que sólamente una voz entrenada en el arte del canto podría lograr. A pesar de todo el carisma picaresco que Negrete mostró en la pantalla grande, la calidad de su voz, fue lo que finalmente lo ha mantenido en la memoria colectiva de los fanáticos de la música de toda la región.