«Waranka wataspis pasachun ama chincachuchu kheswa paralayninchej ch’uwalla kapuchun» lleva inscrito como lema el disco Sumaj llacta de Luzmila Carpio, un poderoso testimonio de su dedicación a preservar y celebrar su herencia indígena quechua. Este álbum no es solo un esfuerzo artístico, sino también una forma de rebelión contra el predominio de las normas culturales occidentales, afirmando el valor y las contribuciones de las tradiciones indígenas.
El álbum presenta temas como «Bartolina Sisaman,» «Amapola,» «Jiyaway Wirita» y «Wayk’ O Wayk’ Osta,» cada uno profundamente arraigado en las tradiciones musicales de varias comunidades quechuas. Carpio escribió varias pistas con otros artistas comunitarios indígenas (Khutimarka, Laymi, Jukhumani, Lusarita). Las canciones abarcan diversas formas tradicionales, incluyendo tonadas, yuyay, jailli, llaqui y kharwani, mostrando una amplia variedad de estilos musicales andinos. Luzmila, es conocida por su voz excepcionalmente aguda y potente. Su estilo vocal es único, combinando técnicas tradicionales indígenas con influencias contemporáneas. Carpio es famosa por su habilidad para alcanzar notas muy altas y por la pureza de su tono, lo que le permite interpretar melodías del folclore boliviano con gran facilidad.
La música de Carpio está profundamente entrelazada con su identidad espiritual y cultural. Siempre ha sido firme en mantener su apariencia tradicional y nunca cortar sus largas trenzas negras. Su madre, quien trabajó en las minas de Potosí, le inculcó un sentido de resiliencia y lo enfatiza aún más por su reverencia hacia la Pachamama (Madre Tierra), que inspira gran parte de su música.
Debido al poco reconocimiento en su país y al reconocerse como víctima de discriminación, se trasladó a París, donde ha seguido una carrera con altibajos y ha terminado ganando aclamación por diferentes sectores. Su trabajo es elogiado como un símbolo cultural profundo que trasciende el folclore urbano, representando sectores que, pese a que son mayoritarios en los Andes, siguen siendo vulnerables por la defensa de su cultura.