“Hice de mí lo que quería, y tengo el orgullo de haber sacado, de entre las mujeres, una mujer íntegra. Yo le di la cara a la vida, y me la dejó marcada”, dijo Tita Merello, en alguna de sus memorables entrevistas. Y no es para menos: Nació en 1904 en un conventillo del barrio de San Telmo, y desde temprana edad debió enfrentar los rigores de la vida, lidiando con la pobreza y el maltrato hasta que llegó, a los 12 años, a una vivienda precaria de la calle Corrientes, calle donde brillaría ya de adulta en sus fastuosos teatros y cines. Porque según la propia Tita, “Yo no soy cantante, soy una actriz que canta”. Y vaya que lo hizo, acumulando más de 30 películas y otros tantos discos y multitud de obras, revistas y shows que la llevaron de Argentina a México debido a los vaivenes políticos.
Quizá una de sus escenas más recordadas es la de Mercado de Abasto (1955) dirigida por Lucas Demare, donde Tita encarna a una humilde vendedora cuyo amor es disputado por Pepe Arias y Juan José Míguez. El personaje venía perfecto al carácter insolente y temperamental de la actriz, por lo que su interpretación de la milonga “Se dice de mí”, de Ivo Pelay quedó como un símbolo imborrable de la era dorada del tango y del cine argentino. Su impronta se dejó sentir hasta en los años noventa, cuando la re-interpretación de Yolanda Rayo se convirtió en tema de la telenovela colombiana Yo soy Betty La Fea.
Voz de tango es el primer recopilatorio de las canciones que hicieron brillar a Tita en el pico de su popularidad, aportando su particular carácter a la interpretación del tango y el subestilo de la milonga, que -influenciado por la milonga campera- presenta un estilo más veloz y juguetón tanto para las orquestas como para los bailarines. En este recopilado, además de “Se dice de mí”, Tita brilla con el “Milongón porteño”, dos clásicos del repertorio tanguero: “Cambalache” y “El Choclo”, ambos con letras de Enrique Santos Discépolo, e incluso con dos rancheras: “De contramano” y “Los amores con la crisis”.