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«Canciones para el hombre nuevo» Daniel Viglietti

Uruguay

Nueva canción latinoamericana

1968

Orfeo

Con su distintivo timbre de barítono y su espíritu rebelde pero sereno, Daniel Viglietti se convirtió en un ícono del canto popular uruguayo. En su tercer álbum, Canciones para el hombre nuevo, Viglietti rinde homenaje a diversos temas como los ríos, la condición humana, la vida rural, los oficios, la tierra, los muertos y la guerra. Desde diversas perspectivas, muchos de sus oyentes lo consideran una voz de contrapoder.

Este LP, grabado principalmente en La Habana en 1967 y lanzado por el sello Orfeo en 1968, se ha mantenido como un himno de protesta con gran fuerza y relevancia en el contexto latinoamericano. La mayoría de sus canciones son musicalizaciones de poemas escritos por diversos autores latinoamericanos y españoles. El álbum refleja la influencia del viaje de Viglietti a Cuba, donde participó en el Encuentro de la Canción Protesta y grabó la mayoría de las canciones. Según él mismo expresó, regresó de ese viaje «con una conciencia muy aguda sobre un Uruguay despierto en luchas y conflictos sociales».

Entre las composiciones de Viglietti, destaca especialmente «A desalambrar», un himno de carácter político y social que, con la intensidad de su guitarra y elegantes arreglos de cuerdas, emite un poético llamado a la justicia social. Esta canción ha sido versionada por numerosos artistas, incluyendo a Víctor Jara en su álbum Pongo en tus manos abiertas… Otra pieza destacada es «Cruz de Luz», que narra un fragmento de la vida de Camilo Torres, el sociólogo, sacerdote y revolucionario colombiano.

En la carátula del álbum, Viglietti está retratado con su guitarra, un símbolo que para muchos representa tanto una herramienta para la lucha armada como un ícono de resistencia y movilización social a través de la música. Esta dualidad también se evidencia en varias de las letras del disco. Más tarde, en medio de la represión contra los movimientos de izquierda que culminó con el golpe de Estado cívico-militar de 1973, Viglietti fue detenido en 1972. Su arresto provocó una destacada respuesta internacional, liderada por figuras como Jean-Paul Sartre, François Mitterrand, Julio Cortázar y Oscar Niemeyer, quienes abogaron de manera prominente por su liberación.

Angie Rojas