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«Corridos» Antonio Aguilar

México

Corrido - Ranchera

1965

Musart

A lo largo de los siglos, los corridos han informado a la gente sobre acontecimientos históricos, leyendas urbanas, enemistades, amoríos, y otras historias de la vida cotidiana y se han convertido en una especie de noticia sonora para las masas. En México, el corrido ha sido maleable y se ha utilizado por diversos géneros a lo largo de la historia para contar sus historias. Uno de los mayores intérpretes fue el inmortal Antonio Aguilar, quien en 1965 grabó una serie de corridos que hasta el día de hoy se tocan ampliamente en todo el país. La Revolución Mexicana y sus figuras desempeñan una parte crucial del álbum porque fue un evento que provocó un boom de corridos dentro del país durante la guerra y se convirtió en una inspiración para muchos compositores y cantantes que nacieron después de que el conflicto había concluído. 

Aguilar rescató clásicos de los corridos revolucionarios como «Fusilamiento del general Felipe Ángeles» de Samuel M. Lozano (el Padre del Corrido Mexicano) y “Gabino Barrera”, del prolífico compositor Víctor Cordero. Pero también abordó otros temas que los corridos cubrían habitualmente, como las disputas locales. Fue inteligente al incluir algunos corridos que iban más allá de narrar una historia y que contenían un mensaje más profundo. Con «El hijo desobediente» y «Rosita Alvirez» las historias se convierten en fábulas sobre ignorar los consejos de tus padres y las consecuencias que conllevan. Aguilar tenía una imagen de macho imponente pero respetuosa, que cuando te estaba dando una lección te sentabas y escuchabas. Y durante décadas sus seguidores hicieron precisamente eso.

Julián Jiménez