Experimental y confrontativo. Tom Zé, uno de los artistas más influyentes de la Tropicália en la década de 1960, respondió a la dictadura militar brasileña de la mejor manera que sabía hacerlo con Todos os olhos: con gozo e irreverencia. Catalogado como uno de los discos más importantes en la historia de la música brasileña, sobre todo por su prosa, tempo e instrumentación. Desde “Complexo de épico”, la canción que abre el disco, evidencia el sentir de Tom Zé en ese momento de su carrera. “Augusta, Angélica e Consolação” encapsula a la perfección el tono irónico que trae consigo el originario de Bahía en este material. La inolvidable portada, que pasó los censores de la época, generó la controversia necesaria para mantenerlo en la conversación popular y trascender fronteras.